Simplemente fabuloso

Relato enviado originalmente por Henry el 25 de Julio del 2001 a www.SexoServicio.com

Simplemente fabuloso

La historia que les voy a contar sucedió una mañana cuando fui a retirar un

paquete en la terminal de ómnibus de la ciudad.

Cuando llegué había alguien antes que yo con el mismo fin de retirar el

envío, esperé paciente a que se lo entregaran y luego me adelante, cuando

le estaba entregando los documentos al despachante ella me pidió ayuda. Ella

era preciosa, tenía un pelo negro corto usaba una campera de Jean

que dejaba lugar a la imaginación que por debajo de la camiseta que traía

se alojaban unos senos increíbles, cuando baje la vista instintivamente pude

ver que traía puestos unos jeans muy ajustados y bastante bajos que dejaban

al descubierto su ombligo y sus hermosas caderas.

Como no pudo ser de otra manera la ayudé con la caja, pero al mirar sus ojos

me correspondió con una sonrisa que no pude resistir y agregó morderse los

labios, pude sentir que algo en mi se ponía muy nervioso y no pude evitar

tener una erección, inmediatamente le pregunté hacia donde iba y me contesto

que a su casa, para lo cual pregunte adonde era.

Por coincidencia quedaba camino a la mía a lo cual le pregunte si le

gustaría compartir un taxi conmigo ya que el camino era el mismo, lo cual

accedió sin más.

Subimos al vehículo y se sentó muy cerca de mí, cuando llegamos a su casa

me pregunto si no era mucha molestia que la ayudara a subir con la caja por la

escalera, respondí sí con segundas intenciones.

Llegando a la puerta de su departamento me invitó a pasar, y yo haciéndome

rogar accedí. Me senté en un sillón mientras ella fue a buscar algo para

tomar, cuando volvió descubrí que era realidad lo que me imaginaban sobre

sus senos, además no usaba brassier por lo tanto dejaba notar las dos

puntitas muy paraditas de esas delicias.

Empezamos a conversar y a pegarnos cada vez mas que no se como fue que nos

besamos, apenas empezamos, mi verga estaba muy dura, tan dura que me temblaba

y ella lo notó por encima de mi pantalón deportivo que me quedaba bastante

suelto, tomo con prisa mi pene y lo empezó a masajear por fuera del pantalón

a lo cual correspondí con sus tetas.

Metí mis manos por debajo de su camiseta y las dejé llenar con todo su pecho

el cual se sentía muy duro, enseguida le saqué la camiseta y quedaron al

aire sus dos bellezas, empecé a chuparlas y mamarlas como un crío, para ese

entonces yo tenía el torso desnudo y mi verga asomaba muy dura por fuera del

pantalón con un color rojo casi azulado por la excitación que tenia. Ella al

ver esto gimió y me bajo la piel que recubre la cabeza de mi verga y la

empezó a besar u daba pequeños lengíŒetazas en la cabeza, hasta que se la

metió toda en la boca y empezó a mamarla, de vez en cuando sacaba su boca y

me lamía los testículos y casi se los comía.

De pronto se incorporó y yo pude desprenderle los jeans que dejaban sentir el

calor que había allí abajo, se los baje hasta la rodilla y pude ver a

través de su tanga como el color de la tela era distinto porque ella estaba

muy húmeda, y desprendía una aroma que no tiene comparación. Metí mis

manos por debajo y pude sentir toda la humedad de su concha y le saque la

tanga, entonces ella se recostó en el sillón y abrió sus piernas se veía

esa conchita tan rosadita sin pelos muy rasuradita.

La seguí besando por todo su cuerpo mientras ella con una mano me masturbaba

y con la otra se agarraba muy fuerte a mi espalda, yo entonces empecé

masajeando con suavidad su concha y abriendo los labios para introducir uno de

mis dedos. Me baje hasta su cintura y empecé a lamer todo su abdomen bajando

cada vez más, cuando llegué allí y recosté mi boca vi como chorreaba un

liquido espeso lo cual absorbí todo con la boca y le metí toda la lengua en

su concha mientras con los dedos abría los labios vaginales, ella cada vez

gemía más y me pedía que siguiera con mas intensidad, entonces empecé a

chpuarla con fuerza y a rozar mi cara en toda su entrepierna hasta mi nariz

entró a su concha y pude respirar ese aire con ese liquido, para eso tenía

mi cara empapada y yo también gemía mucho.

Seguí chupandole y con un dedo intentaba meterselo en el culo, luego de

haberlo mojado con sus líquidos. Ella entonces dijo â?? si dale dale dale

dale más, y yo correspondí, continué metiéndoselo y sacándolo y luego

introducí otro dedo más. En un determinado instante me dijo: – creo que que

me vengo, y lo hizo empezó agemir más y su pelvis temblaba en el momento

que me baño con un liquido que les aseguro no era orina.

Nos acostamos y le empecé a recostar mi verga ahora a apunto de reventar y

de la cual salía liquido de forma abundante y continua, el cual lo recogí en

mis manos y se lo pasé por los pechos, y ella me pidió que también lo

hiciera en su boca, entonces me chupo los dedos como si se tratara de m

verga.

La levante y la recosté sobre el respaldo del sillón con las piernas

colgando hacia abajo y empecé a bombearla con continuidad mientras le besaba

la boca y los senos, con el transcurso del tiempo empecé a acabar con una

fuerza y una cantidad de semen increíble sentía cuando salía de mi pene y

mi movimiento se hacía más instintivo.

La saque aún conservando su dureza y chorreando, entonces ella la puso en su

boca y la succionó hasta dejarla totalmente seca, para entonces ya había

cobrado la firmeza impresionante nuevamente, ella me pidió que ahora le diera

por atrás. Entonces la di vuelta y empecé a lamer su culo y a dejar saliva.

Con uno de mis dedos empecé a abrirlo y poco a poco le arrimé la verga y

comencé a introducir primero solo la cabeza muy lentamente y luego mas hasta

que ella empezó a moverse hacia delante y atrás y logré penetrarla por

completo, la verdad que era una sensación única que no había sentido nunca

dado lo apretado del espacio porque ella nunca había tenido relaciones

anales. Yo entonces le mordía la espalda y ella con sus manos jugueteaba con

su concha e introducía sus dedos en ellas y los sacaba, los chupaba y me los

daba a mí para que los chupara, los cual me daban ganas de tragarlos por el

delicioso sabor que escurría de su concha.

Fue en uno de esos momentos que empecé a venirme de nuevo, esta vez dentro de

su culo, pero ella también empezó a venirse de nuevo y daba gritos de placer

al igual que yo, entonces ella apretó su culo y yo bombeaba cada vez más

fuerte, parecía que iba a reventar y de nuevo me vine junto con ella esta

vez.

La saque y aún salía semen a chorros y saltaba muy lejos por lo cual mojé

toda su espalda, y yo podía ver como de su culo escurría un poco de semen y

de su concha nuevamente ese líquido de su orgasmo que ella recogió parte con

sus manos y se lo pasó por la cara y el restante por la mía.

Me acosté boca arriba y ella se sentó sobre mí y se levantaba, era ahí

cuando yo veía que caían hilos de un liquido de su concha como una pequeña

cascada y se depositaban sobre mi ombligo.

Ahora mi verga un poco fláccida y roja de tanto roce yacía hacia un lado.

Ella sentada sobre mí me rozaba la concha desde mi verga hasta mi cara

dejando un rastro húmedo a su paso. En un momento ella se dio vuelta y

empezamos a hacer el 69. Ahora ella ponía toda la verga en la boca y chupaba

mucho para ver si conseguía otra erección, lo cual logró sin mucha

insistencia. Ahí se corrió hacia delante y dejo ver todo su culo y me pidió

que se lo hiciera en la concha pero como perrito, primero le lamí toda la

concha y chupé como frenético, mientras con las manos me masturbaba, ella al

verlo se excitó mucho y gozaba bastante mientras se acariciaba los senos. Me

puse en posición para cogerla y empecé a bombear primero suave y luego mas

fuerte, cuando creí que me venía ella me pidió que se lo hiciera en la s

tetas, me moví y puse mi verga entre sus tetas y seguí moviéndome, ella

entonces mojo sus dedos con su lubricación y empezó a rozarlo en mi culo

hasta que me lo introdujo por completo, y con la otra mano se frotaba la

concha y se masturbaba, en ese momento no pude aguantar más y empecé a

acabar por todos lados, en su pecho, en su abdomen y la mayor cantidad en su

cara que se veía blanca por tanta leche, fue tan grande la acabada que sentí

como mi cuerpo se ablandaba de placer mientras gozaba con un gemido que se

convirtió en un posterior silencio, y los dos nos besamos mucho compartiendo

mi semen que dominaba el paisaje de su rostro hasta sus ojos cejas e incluso

el pelo.

Estuvimos un rato tirados y luego platicamos sobre nuestros nombres, nos

reímos, nos dimos un beso de despedida y me retiré.

Cuando llegué a mi casa recordé que había olvidado el paquete en su casa,

pero eso viene en otra oportunidad…

Author: CuentosCachondos

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