Elvia

Relato envido originalmente por Elvia el 22 de Agosto del 2000

Soy Elvia, mexicana, y quiero contarles algo que me sucedió hace un par de

domingos, espero sea de su agrado:

Esta tarde de domingo habia hecho un calor muy fuerte, lo que en la mañana

al ir a desayunar con mi marido, me puso caliente, pues llevaba yo una falda

muy chiquita ( a elle encanta que vista yo sexy, sea sexy, somos swinger),

con una blusa escotada negra, y al bajar del auto al caminar al restaurante

algunos carros me pitaban y otro me lanzo un piropo; al llegar al lugar,

quien creen que me veia insistentemente? La mesera¡¡¡ una chica guapa, de

pantalones, y ojos coquetos

Luego, llegamos a casa, comenze a hacer el amor con mi marido, me sentia

hambrienta de que me cogiera, de que sintiera yo como si todos aquellos que

me habian mirado las piernas las nalgas al caminar, estuvieran ahi,

fornicandome; pero el picaro de mi esposo tenia otros planes; se detuvo,

intempestivamente, y me dio “la cintas para las impresoras de la oficina”

tenemos que comprarlas hoy elvi, vistete; no lo podia yo creer, me estaba

cogiendio riquisimo y ahora queria que me vestiría; me levante enfadada, fui

a darme un duchazo, pero el calor entre mis pí¬ernas seguia. A salir, él me

sugirió “porque no te vas mis medias, al fin es aquí cerca, ponte algo

ligero” y aunque no me gusta andar sin pantis, la idea, la exitacion y el

calor que hacia, fueron mas que convincentes para ello

Ella atuendo: una blusita negra de tirantes escotada, una chiquifalda, de

rayas gris, que se unta a mis nalgas como 2ª piel muy corta, casi solo me

tapa las nalgas, y una zapatillas de plataforma, de tacon de ahuja. “te ves

de a millon” dijo mi esposo; yo aun estaba un tanto enfada con él, pero

luego, se lo agradeceria

Desde que sali de casa, para subirme al carro, pasaban unos chicos, que no

dudaron en chiflar un piropo, eso me gustó; luego al llegar a la tienda,

parece que “abri plaza” de toros cuando entré, los empleados, muchos de

ellos muy jovencitos, se me quedaron viendo: mis senos se mostraban

generosos con mi blusita, escotada, mis nalgas, mis piernas, todo, pero creo

que principalmente, despedia yo olor a gata en celo

Entonces mi picaro marido me dijo al oido “no te gustaria fornicar con uno

de estos chamaquitos, en su bodega, que te alzaran la faldita y.” Mi propio

esposo proponiéndome cosas indecorosas¡¡¡ pero la idea me mojo la

entrepierna, traia una tanga negra. Mi movimientos en los pasillos se

hicieron de andar con un contoneo de caderas; y de repente, lo vi, ahi

estaba, observandome, mirándome con descaro, a unos pasos de mi..un absoluto

y total desconocido, un atractivo joven de la tienda. Tenia que echar mis

redes para atraparlo.

Me dirigi a él preguntandole por algunas cosas, note que se puso algo

nervioso; luego, intencionalmente, de pregunté por unos folders, que sabia

yo estaban del otro lado, y acepto llevarme, me las ingenié para ir delante

d eél dejando que me mirara “mi mejor atractivo” dicen por ahi, al llegar al

lugar, me adelante 5 pasos, y sin mas, me agache en escuadra, y si ya de por

si se me habia trepado con la caminata, al agacharme me vio,.todo, él ya no

pude mas y se me repego por detras, senti su pene duro a traves del

pantalon.

– Que pasa? le dije, dime lo que quieres,

– Quiero fornicarte mamita, contestó

Me rei, lo tomé de la mano, y fuimos al baño de hombres, que a esa hora

realmente esta muy solo, aun cuando la idea de ser descubiertos me daba

miedo,,,y exitación

Me besó apasionadamente, sus manos recorrian mi cuerpo, y las mias el suyo;

pronto empezo a levantarme la faldita y meter su mano, me tomo descarado de

las nalgas, tallandome contra su pene, que estaba durisimo.

Casi me arranca las braguitas, y yo, en desquite, desabroche su pantalon de

mezclilla, y agachandome,.mmmm, puse ese enorme tesoro entre mis labios,

para darle una mamada de pronostico, pero el no pudo mas y estalló, senti

que litros y liutros de liquido seminal salina de su pene, quise acoparlo en

mo boca pero era insuficiente.. escurria ya por mi menton y cuello.

Se separo un poco, mientras yo me reia, y me inclinaba sobre el lavabo para

enjuagarme, no se que tonterias y palabras cruzamos, pero seguramente la

vision de ver mis nalgas, inclinadas sobre el lavabo, con unas zapatillas

negras parándolas mas, creo que fue el ingrediente suficiente (ademas de la

edad del chico) para que sin mas, me rodeara con sus fuertes brazos por

atrás, y me repegara su falo a mis nalgas, yo acepte el juego y empece a

menearsme a aprtar mis nalgas con la verga, que despertaba rapidamente, ñél

me metia la smanos en y bajo la blusa, quitándome el sosten y masajenado mis

pechos y pezones erectos y muyyy calientes.

ya tenía el miembro erguido de nuevo, abrí mis piernas, estaba lubricada al

máximo, y le ordené que me mamara. Primero se acercó expectante, lamió los

labios mayores, los menores, cuando llegó al centró me penetró con su lengua

filosa, la metía y la sacaba, me vine en gritos,

Luego, si dar descanso. él se acomodó sobre mí, dirigió su verga a mi

orificio y me penetró hasta el fondo, llevaba un buen ritmo, sentía su

aparato y el placer volvía.

– Así, si, más, mi amor, soy tu puta

– Te gusta

– Sí, sí, sí, sí, sí

Nos metimos a una privado, él se sentó en la tasa del baño, cerrando la

tapa, y yo encima de él, frente a frente.

Casi tuve mi segundo orgasmo al sentir su enorme pene clavarse (no sin antes

ponerse un condon que traia yo), y sin dejarlo mover lo volteé y aún montada

en su pene, comencé a cabalgarlo. Ahora yo llevaba el ritmo, fui

disminuyendo el ritmo hasta parar, me la clavé bien profunda, cerré los ojos

y la sentí tan en mis entrañas, varias veces subí el ritmo y lo bajé hasta

que Miguel (asi se llamaba luego supe) me tomó de la cintura y me movía

violentamente, queria destrozarme con su pene, mientras nuestras lenguas

libraban feroz batalla, hasta que sentí su lava caliente en mí. Estalle casi

enseguida.

Asi nos quedamos un rato, exhaustos sudando, él se medio incoporó, soy

Miguel me dijo; yo solo le dije. yo soy tu sueño erotico; y casi sin

chistar, me enfunde la blusita, la faldita, y tome el sosten en mi mano,

saliendo, dandole un beso fugaz.no le di mi nombre, ni supo nada mas de mi

en ese momento; queria yo dejarlo asi, como un encuentro frenetico con un

total desconocido….desde hoy, me propongo acompañar a mi marido a sus

compras a las papelerias.

Afuera estaba mi esposo, quien al verme caminando con una sonrisa inmensa

hacia él, sin medias y con un brillo en los muslos, supo que habia resultado

su plan.el muy ladino.

Author: CuentosCachondos

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