FURIA SEXUAL EN UNA CARCEL DE MUJERES

Yo soy director de una cárcel de mujeres, accedí a este puesto gracias a mis contactos políticos, siempre desde niño quise ser guardia cárcel.
Yo soy director de una cárcel de mujeres, accedí a este puesto gracias a mis contactos políticos, siempre desde niño quise ser guardia cárcel.
En los primeros días de mi nuevo trabajo, todo era ordenado y tranquilo, yo tengo un grupo de personas que conforman mi brazo derecho en esta institución, ellos son Matilde de 45 años gran experiencia en las prisiones, Claudia de 35 años de un carácter muy severo y bastante temida en la institución por las reclusas y finalmente Enriqueta de 50 años la cual tiene una forma de ser bastante rara, algunas dicen que es lesbiana.
Pero este mundo guarda secretos, y yo los descubrí, uno de esos secretos era la actividad sexual de la reclusas, las cuales por las noches ejercían cierto tipo de prostitucion en la parte trasera de la cárcel bajo el amparo de las guardia cárceles, cuando yo descubrí eso llame la atención a los guardias que eso estaba mal, pero ellas me comentaron que ganaban mucho dinero con eso, para que yo me callara me ofrecieron dinero y yo acepte formar parte del negocio, pero también quería empezar a saborear a las reclusas especialmente a las recién ingresadas, así llegamos a un trato y a partir del día siguiente, todo se puso en marcha, a eso de las diez de la noche llego un grupo de nuevas reclusas, â??mis sociasâ? se encargaron de seleccionar a las mejores y me las llevaron a un sector apartado de la cárcel, allí había una habitación preparada con una cama de dos plazas, una mesa, una silla y un baño, â??mis sociasâ? habían seleccionado a cuatro mujeres, dos de ellas tendrían 18 años, la otra tendría 45 años y la cuarta tendría 30 años, las cuatro ingresaron al mismo tiempo a la habitación, ninguna de ellas entendía nada, inmediatamente yo agarre del brazo a la mujer de 45 años, la cual estaba vestida con una simple falda corta y una camisa verde, la agarre de los cabellos con una mano y con la otra le manosee las tetas, ella quiso gritar pero inmediatamente yo le metí la mano en la vagina, la apoye sobre la mesa le levante la falda y le arranque la bombacha blanca que tenia puesta y la penetre analmente, ella gritaba como una yegua, se veía que su culo era virgen y estrecho, mientras esto sucedía las otras reclusas lloraban en una esquina, sabiendo que lo mismo les iva a pasar a ellas y así fue â??mis sociasâ? las desnudaron por completo solo quedaron en bombacha y con las tetas desnudas, una ves que termine de culear a la primera, agarre a una de 18 años y le saque la bombacha a tirones y la penetre vaginalmente, mi pene en ese momento era duro como la piedra y en cada vagina que entraba enloquecía de placer, con las otras dos no tuve que luchar tanto, ya que se dieron cuenta que no tenían escapatoria y lo mejor para ellas era colaborar, y así fue que las dos que quedaban se arrodillaron en el suelo y me empezaron a mamar el pene entre las dos y luego entregaron su culo sin oponerse. Cuando termino la fiesta se las llevaron a las celdas correspondientes.
De ves en cuando me gusta darme una vuelta por los pabellones, para elegir alguna niña que quiera ser mi compañera de cama, en algunas ocasiones elijo una vieja ya que quiero que mi pene pruebe el cuerpo femenino en cualquier edad.
A partir de ese día todos somos felices en la cárcel, las guardias tiene su negocio de prostitucion, las reclusas están contentas por que comen bien, tienen buena ropa, yo las trato bien, además ellas saben que en cualquier momento voy a buscarlas para tener sexo, especialmente el anal, el momento difícil para ellas es solo cuando llegan a la prisión y tanto su vagina como sus culos son examinados la primera noche de su estadía en la cárcel por mi PENE, que al principio las hace sufrir pero finalmente las hace felices y por supuesto yo también soy feliz montándome a las reclusas.

Author: dongato91

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