La espera

No era el momento para echar para atrás. Cerró las puertas de su ventana pero no las aseguro. Corrió a la cama y se cubrió completamente con su manta. Su corazón luchaba por salir de la cárcel de su pecho y no pestañeaba para no llorar. Sus enormes ojos escaparon de la lánguida protección que le ofrecía sus sabanas de seda. Podía observar las monstruosas figuras que la luz de una vela formaba mientras languidecía. Escuchaba sonidos, gritos, voces, pasos, ladridos. Todos provocados por su imaginación que según pasaban los minutos se agudizaba más, apoderándose de su mente y controlando sus actos.

Un aroma a flores mustias le sirvió de mensajero. Pronto había de llegar. Con esfuerzo se puso en pie y camino algunos pasos hacia la ventana. Afuera nada se movía. Miro con nostalgia el patio de su hogar. Ese patio en donde jugaba de pequeña.

De pronto, en el cristal notó que la figura de un hombre se acercaba a ella por detrás. Sin pensarlo se dio la vuelta asustada. Y finalmente le vio. Hacia mucho que no le miraba.

Intimidaba la elegancia, o la arrogancia, que irradiaba en cada paso. Era demasiado alto, mucho más que cualquiera de los jóvenes que ella conocía. Sus brazos eran fuertes y largos. A pesar de la oscuridad se podía divisar la figura de su ancha espalda. Su cabello liso y largo brillaba mas que una perla negra. Gracias al viento que se colaba por las esqunas de las ventanas y puertas su cabello ofrecía pequeñas pincelada la pálida cara de aquel ser. .

Finalmente llegó a ella. Lentamente acerco su fría mano a la cara de la joven que parecía ensimismada. Acerco su rostro al de ella. No era cualquier rostro pues no proyectaba ninguna edad pero sus ojos, tan oscuros como el onix, parecían poder narrar de una historia milenaria.

Era imposible desviar la mirada de esos ojos que se le clavaban en el alma. Trató de evitar que cualquier pensamiento cruzara por su mente; pero era inútil. El podía el podía atravesar los muros que custodiaban su alma.

– Te prometí que vendría a buscarte.

En menos de un segundo, rasgo sus vestidos dejándola completamente desnuda. Y con violencia la tomó entre brazos y la cubrió con su capa y desapareció.

Sé que no es muy buena pero deben de entender que es mi primera historia. Cualquier recomendación será bienvenida.

Author: dog20

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